
Buenas Prácticas en Gestión de Empresas Familiares
Publicado en El Mercurio – EY
Por Andrés Vial
Casi la totalidad de las empresas pequeñas y medianas son familiares; pequeños emprendimientos que han pasado generaciones. Hoy en bolsa se transan muchas acciones de empresas familiares que iniciaron actividades desde cero y que, gracias a correctas gestiones, son grandes corporaciones. La gente tiende a pensar incorrectamente que por cotizar en bolsa ya no son familiares. Sin embargo, estas empresas están definidas por quienes sustentan su control: Falabella, BCI, Embonor, por ejemplo, son familiares.
La mayor parte de las familias empresarias que han sobrevivido en el tiempo, no sólo a los problemas empresariales, sino que a la familia misma, tiene buenas prácticas como: poseer un Consejo Familiar regular (ideal una vez al mes), protocolo familiar (estatutos para proteger el patrimonio de la familia) y separación de la administración (gerencia) del gobierno corporativo (directorio).
Respecto a la sucesión, muchas empresas familiares eligen y preparan de forma consensuada un sucesor. Pero también es bueno considerar otras claves como la incorporación de profesionales externos en el directorio y una adecuada estructura societaria, acorde a la etapa de la empresa, ya que lo que fue bueno en los inicios, puede no serlo después.